viernes, 16 de abril de 2010

El Polisario y su auspiciador Argelia, tal palo tal astilla!

Bajo el título “¿A dónde va el Estado argelino?”, el ex-jefe de gobierno Ahmed Benbitour, acaba de publicar en el periódico independiente El Watan, un análisis exhaustivo e implacable sobre la situación que vive el país: corrupción, autoritarismo y violencia. “La única manera de evitar la catástrofe que se avecina ineluctablemente, es provocar un cambio pacífico del sistema de gobierno”, augura.

No es la primera vez que un ex-primer ministro advierte a la opinión pública del peligro que se cierne sobre el porvenir político del país. Anteriormente lo han hecho Abdelhamid Brahimi, Mouloud Hamrouche, Sid Ahmed Ghozali, Belaid Abdessalam, Redha Malek, Mokdad Sifi y Ali Benflis. Argelia es quizás el único país de la región en la que antiguos responsables gubernamentales con conocimiento de causa dan la voz de alerta.

Según Benbitour, “el Poder en Argelia se caracteriza por el autoritarismo y el patrimonialismo”, dos facetas que acarrean como consecuencia, para la primera que “la única posibilidad de sobrevivir es someterse” ; y para la segunda « la existencia de un jefe rodeado de cortesanos que compiten entre ellos por el celo de servir al que manda .

El diagnóstico del que fuera Primer ministro de Abdelaziz Bouteflika a comienzos de su primer mandato (1999-2000), es categórica: Argelia es “un Estado fallido” y derivará en este decenio 2010-2020 hacia “ un Estado delicuescente”, es decir perdiendo sus atributos. En esas circunstancias, augura Benbitour, “la violencia será el único medio de arreglar los conflictos”.

La situación es alarmante, señala, porque el modo de producción imperante en el país se apoya en los hidrocarburos, es decir la renta; y ésta es distribuida por medio de la rapiña. La corrupción del Poder y la corrupción del dinero conducen a la corrupción generalizada del conjunto de las instituciones, sostiene el autor. Los recientes escándalos de desfalcos que afectan entre otros a la empresa de hidrocarburos SONATRACH, al ministerio de Obras Públicas, al grupo financiero Khalifa, son ejemplos patentes del callejón sin salida argelino.

“El Estado no responde a ninguno de los cinco criterios necesarios para su normal funcionamiento “, sostiene Ahmed Benbitour. En los cinco, falla : 1) igualdad ante la Justicia, 2) capacidad de la Administración de hacer respetar la Ley y proteger los bienes y las personas, 3) capacidad del Gobierno para regular la economía, 4) legitimidad de las instituciones, y 5) papel de la clase media como columna vertebral del Estado.

En cuanto a los recursos naturales de que dispone el país, Benbitour afirma que se está practicando una “explotación irresponsable” porque se transforma una “reserva natural” que son los hidrocarburos, en una “reserva volátil”, como son las divisas depositadas en el extranjero.

El ex primer ministro calcula que más del 47% de los ingresos en divisas por la venta de hidrocarburos (en el decenio 2000-2009 fue de 393 mil millones de dólares) se deposita en bancos extranjeros y en bonos del Tesoro estadounidense. En perspectiva, el pico de producción de petróleo y gas se producirá entre 2020-25, para a continuación caer, “lo que acarreará un aumento de la violencia”. Cuando la situación social se hace insoportable y el sentimiento de injusticia domina, “ la experiencia muestra que el más mínimo incidente puede provocar grandes sacudidas “.

Desde otros ámbitos de la sociedad argelina se vaticina un porvenir similar. Entrevistado en la televisión France Info, Said Saadi, presidente del RCD (Reagrupación por la Cultura y la Democracia) mantiene un análisis parecido. Saadi, que fue dos veces candidato a las Elecciones presidenciales y actualmente es diputado en la Asamblea nacional (Parlamento), denuncia el “fraude electoral sistemático” que ha caracterizado Argelia desde hace medio siglo, lo que según él “conduce a la rapiña practicada a cielo abierto”.

Para Said Saadi, el Poder argelino se encuentra en una especie de “servicio de reanimación permanente “ del que se saca al paciente - es decir al Jefe del Estado - una vez cada mes o cada dos meses. “ El país está en coma político”, afirma, “después de que Buteflika le ha sumergido en un toque de queda mediático”.

Tanto Saadi, como Benbitour, coinciden en afirmar que Argelia corre el riesgo de generar “una implosión caótica”, si no se consigue mediante el consenso arrancar “una fase de transición democrática “. La comunidad internacional – es decir, Europa, Francia, España – debe asumir sus responsabilidades y cesar de considerar “la excepción argelina”, que justifica todo.
Las declaraciones de Benbitour y de Saadi muestran la existencia de un malestar de fondo en la sociedad, pero también que desde diferentes sectores se está promoviendo el diálogo

Pedro Canales. Rabat

Fecha publicación: (16-04-2010)

http://www.elimparcial.es/mundo/el-futuro-de-argelia-a-debate-61376.html