Nueva York (Naciones Unidas)- El Consejo de Seguridad de la ONU manifestó finalmente su oposición a las maniobras conjuntas de Argelia y el polisario a pesar de su intensa campaña con el fin de inducir indebidamente la cuestión de los derechos humanos en el Sahara marroquí y de sus tentativas que se prosiguieron hasta el momento de la adopción de la resolución 1920 para alterar su contenido, afirmó el embajador representante permanente de Marruecos ante la ONU, Mohamed Loulichki.
El Consejo ha confirmado los fundamentos que determinan la búsqueda de una solución política a este diferendo y renovado, con más vigor, sus llamamientos a la cooperación por parte de Argelia y el polisario, añadió Loulichki en una declaración a la MAP tras la aprobación el viernes por el Consejo de su última resolución sobre el Sahara marroquí.
Al adoptar por unanimidad la resolución 1920, el consejo veló por la prórroga del mandato “existente” de la MINURSO, excluyendo ipso-facto la idea de una ampliación de este mandato a los derechos humanos, señaló. Durante estos últimos meses, Argelia no escatimó esfuerzo alguno con el único objetivo de romper el impulso del proceso de negociaciones todavía frágil y que debe ser apoyado, recordó el jefe de la misión marroquí.
A este respecto, destacó que la campaña de información y diplomática realizada desde Argel y Tinduf para dar credibilidad a las alegaciones sobre la existencia una situación preocupante de los derechos humanos en el Sahara no ha logrado engañar a los miembros del Consejo de Seguridad que conocen perfectamente este dossier y que desearon favorecer el apoyo al proceso político de arreglo de este diferendo.
Loulichki subraya que la invitación hecha, en la resolución 1920, a Las partes para favorecer más la voluntad política de llegar a una solución definitiva de este diferendo constituye un mensaje suplementario a Argelia para que se comprometa seriamente en el proceso de negociaciones.
“Por su parte, el Reino permanece confiando, fuerte de su consenso nacional siempre renovado y del apoyo de la Comunidad internacional y de Consejo de Seguridad”, precisó Loulichki, recordando que “la iniciativa de autonomía y los esfuerzos serios y creíbles de Marruecos fueron, de nuevo, consagrados por el Consejo”.
Ahora, añadió, “la Comunidad internacional espera a que Argelia y del polisario respeten las resoluciones del Consejo y cesen su política de instrumentalización que ha sido rechazada por el Órgano ejecutivo de las Naciones Unidas y que atenta peligrosamente contra la seguridad y a la integración regionales”.
Francia, Estados Unidos y el Reino Unido no han sido engañados por esta política de instrumentalización, dijo añadiendo que estos países, en sus declaraciones después del voto de la resolución, evocaron el impacto de la ausencia del arreglo de este diferendo sobre la seguridad regional” que hace frente a una “amenaza verdadera y multiforme”.
“Ahora es tiempo para que Argelia y el polisario permitan a las poblaciones de los campos de Tinduf expresar libremente su opción en cuanto a su vuelta” a Marruecos, subrayó.
Evocando la reciente vuelta a Marruecos de olas de jóvenes que huyeron de estos campos, Loulichki señaló que es reveladora del deseo profundo que anima al conjunto de esta población, mantenida desde décadas en una situación de precariedad humanamente condenable.
-map-
El Consejo ha confirmado los fundamentos que determinan la búsqueda de una solución política a este diferendo y renovado, con más vigor, sus llamamientos a la cooperación por parte de Argelia y el polisario, añadió Loulichki en una declaración a la MAP tras la aprobación el viernes por el Consejo de su última resolución sobre el Sahara marroquí.
Al adoptar por unanimidad la resolución 1920, el consejo veló por la prórroga del mandato “existente” de la MINURSO, excluyendo ipso-facto la idea de una ampliación de este mandato a los derechos humanos, señaló. Durante estos últimos meses, Argelia no escatimó esfuerzo alguno con el único objetivo de romper el impulso del proceso de negociaciones todavía frágil y que debe ser apoyado, recordó el jefe de la misión marroquí.
A este respecto, destacó que la campaña de información y diplomática realizada desde Argel y Tinduf para dar credibilidad a las alegaciones sobre la existencia una situación preocupante de los derechos humanos en el Sahara no ha logrado engañar a los miembros del Consejo de Seguridad que conocen perfectamente este dossier y que desearon favorecer el apoyo al proceso político de arreglo de este diferendo.
Loulichki subraya que la invitación hecha, en la resolución 1920, a Las partes para favorecer más la voluntad política de llegar a una solución definitiva de este diferendo constituye un mensaje suplementario a Argelia para que se comprometa seriamente en el proceso de negociaciones.
“Por su parte, el Reino permanece confiando, fuerte de su consenso nacional siempre renovado y del apoyo de la Comunidad internacional y de Consejo de Seguridad”, precisó Loulichki, recordando que “la iniciativa de autonomía y los esfuerzos serios y creíbles de Marruecos fueron, de nuevo, consagrados por el Consejo”.
Ahora, añadió, “la Comunidad internacional espera a que Argelia y del polisario respeten las resoluciones del Consejo y cesen su política de instrumentalización que ha sido rechazada por el Órgano ejecutivo de las Naciones Unidas y que atenta peligrosamente contra la seguridad y a la integración regionales”.
Francia, Estados Unidos y el Reino Unido no han sido engañados por esta política de instrumentalización, dijo añadiendo que estos países, en sus declaraciones después del voto de la resolución, evocaron el impacto de la ausencia del arreglo de este diferendo sobre la seguridad regional” que hace frente a una “amenaza verdadera y multiforme”.
“Ahora es tiempo para que Argelia y el polisario permitan a las poblaciones de los campos de Tinduf expresar libremente su opción en cuanto a su vuelta” a Marruecos, subrayó.
Evocando la reciente vuelta a Marruecos de olas de jóvenes que huyeron de estos campos, Loulichki señaló que es reveladora del deseo profundo que anima al conjunto de esta población, mantenida desde décadas en una situación de precariedad humanamente condenable.
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