miércoles, 30 de marzo de 2011

Esteban Silva, portavoz de los separatistas en Chile involucrado en asuntos de espionaje

Esteban Silva Cuadra, de los campos de adiestramiento en Cuba a los campos de la banda terrorista del Polisario 
Al igual que en una historia de espías que trabajan secretamente para obtener el control del país rival, Vladimiro Montesinos, el ex jefe de inteligencia del ex Presidente peruano Alberto Fujimori, denuncia supuestas operaciones de espionaje que Chile practica contra Perú.

En su libro “Alerta: Espionaje chileno. Operaciones Especiales de Inteligencia contra el Estado Peruano”, Montesinos cuenta en cinco capítulos, contenidos en 428 páginas, cómo ha operado la inteligencia militar chilena desde el gobierno de Salvador Allende hasta el de Sebastián Piñera.

Es el tercer libro que el ex hombre fuerte de Fujimori escribe desde la prisión, donde cumple condena en una cárcel de máxima seguridad por cargos de homicidio, secuestro, fraude electoral y corrupción.

La obra fue presentada ayer en rueda de prensa, y en ella lanza duras acusaciones de espionaje contra cuatro chilenos y el actual gobierno.

El capítulo V, titulado “Pero para qué o contra quiénes se arma Chile”, Montesinos culpa a nuestro país de “realizar operaciones especiales de inteligencia encubiertas de espionaje contra el Estado peruano”.

Precisa que “las diversas estructuras del Sistema de Inteligencia del Estado chileno vienen desarrollando sus actividades de inteligencia de manera permanente y agresiva a fin de acopiar información de nuestro país, el Perú, tarea que le corresponde a la Agencia Nacional de Inteligencia (de Chile) —insisto— como ente central y rector de dicho sistema, a fin de brindar al gobierno de Sebastián Piñera los informes, estudios, análisis, y las respectivas apreciaciones de inteligencia que éste necesita en la formulación de sus políticas para luego adoptar las medidas y estrategias de penetración en el Perú, sobre todo en el ámbito empresarial, el sector más débil”.

Y desliza que tomando en cuenta que el ex Presidente peruano Alejandro Toledo le dio luz verde de cielos abiertos a la línea aérea LAN, “es obvio que la gran mayoría de sus pilotos e ingenieros de vuelos son ciudadanos chilenos debidamente capacitados en técnicas de inteligencia para obtener informaciones de interés que reportan a su Sistema de Inteligencia”.

Asimismo, lanza una dura crítica al ex Mandatario peruano, que gobernó entre 2001 y 2006, por contratar a cuatro profesionales chilenos.

A los “publicistas chilenos” —como indica— José Joaquín Brunner y Pablo Halpern, dice que se los empleó como “asesores de imagen del gobierno para mejorar la alicaída figura presidencial”.

Pero precisa que “es harto sabido que ambos personajes han trabajado para el gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle y son elementos mercenarios de la derecha chilena, ligados directamente a los poderosos intereses económicos de dicho país, de modo que el hecho de haberles entregado el manejo de la publicidad del Estado les permitió tener acceso a información privilegiada de nuestro país, y es obvio que ellos les transmitieron a sus patrocinadores y patrones en Santiago de Chile y a los órganos de inteligencia para el análisis correspondiente”.

No obstante, las mayores acusaciones las dirige contra el socialista chileno Esteban Silva, a quien el Presidente Toledo ubicó en “la propia Presidencia de la República” como asesor presidencial.

A Silva lo acusa de obtener valiosa información de alto nivel para los organismos chilenos de la Dirección de Seguridad Pública e Informaciones, del ministerio del Interior, (DISPI) y luego la ANI, entre 2001 y 2006.

Ambas, señala, estuvieron “bajo la dirección de Gustavo Villalobos Sepúlveda, quien es amigo personal de Esteban Silva, uno de los asesores más influyentes que tuvo Toledo durante su gobierno. ¡Qué les parece! ¡Y no pasó nada!”, detalla Montesinos en el libro.

Advierte que pudo acceder a una base de datos del Servicio Nacional de Inteligencia (SIN) de su país, en el que “puedo asegurar que con conocimiento de causa, el SIN logró detectar con precisión que las personas de Esteban Silva y Javier Urrutia Urzúa — el cuarto chileno al que acusa de ser un operador de inteligencia al ocupar el cargo de gerente general de Frecuencia Latina (canal 2 de televisión peruano)— eran elementos que formaban parte del círculo de amistades frecuentadas por el entonces director de la DISPI, el abogado conservador y de bajo perfil Gustavo Villalobos Sepúlveda”.

Agrega que tanto Silva como Urrutia “fueron filmados en diversas oportunidades ingresando en momentos diferentes —de manera individual— al local donde funcionaba dicho organismo de inteligencia, ubicado en Zenteno 234, Santiago de Chile”.

Señala que esta información “acredita los nexos entre estos dos personajes con los aparatos de inteligencia chilenos”.
fuente: http://www.defensa.pe/showthread.php?p=242293